Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

Dios…gloria y misterio

amor y grandeza, bondad y consuelo.

Dios…fiel Padre del cielo

que ves en mi alma, las penas del tiempo.

        

Dios…Padre de mi ser

que con tu mirada das amor y paz

Dios…dueño de mi vida

cuando yo te llamo, se que tú ahí estás.

                     

Cristo se de mis errores

pero con tu amor me bendecirás,

Cristo tú serás mi guía

para mí en la vida, como siempre igual.

                      
Dios… que desde lo alto

tú me estás mirando y amparándome,

gracias te doy Padre mío por tu hijo Jesucristo

el cual nos ama también.

                 

El ha venido a salvarnos y cumplió con su deber,

con sus dos pies lastimados

y sus dos manos también,

con la corona de espinas, su sangre vertió de él.

                      

Y esa sangre derramada

por Cristo Nuestro Señor,

es por ese amor tan puro

que por siempre nos brindó.

                        

En esa cruz de madera

en que Jesús se murió,

por devoción tan inmensa que por nosotros sintió

nos regaló para siempre la gracia del buen perdón.

                       

Bendita sea María porque la vida te dio, 

bendito Espíritu Santo porque él te concibió, 

bendito sea tu Padre,

porque te resucitó.

                  

Dios… Padre de los cielos

Padre de la tierra y la humanidad,

Cristo dame la alegría

en que llegue el día, en que te pueda besar.

                         

Dios…ojos de rocío,

corazón de río, misericordia de mar,

Cristo cuando yo me muera

deseo que mi alma, esté donde tú estás.

Mónica L. Aicardi

O.R – D.R – SADAIC

La Plata - Buenos Aires

Rep. Argentina.